Es curioso cómo a
veces nos resulta casi imposible establecer cuando una actividad se ha
convertido en algo habitual y popular. Por ejemplo, ¿alguien recuerda la
primera vez que alguien le habló de un programa para enviar mensajes gratis
llamado whatsapp? Ya sé que algún lector con memoria de elefante podrá citarme
el día, hora y lugar pero apuesto a que el resto no puede recordar ese momento.
Bueno, pues hace unos días se me desempañaron los cristales del corazón y vi
algo que me hizo pensar. La mayoría tenemos una gran falta de azúcar en
nuestras vidas. Me refiero al azúcar de donde salen los besos, las caricias,
los abrazos y algunas miradas . Ese azúcar que otros llaman amor. Parece que
estamos cambiando ese azúcar por sucedáneos en forma de emails, whatsapps,
comentarios y me gusta. Y me pregunto; ¿ y qué pasa si nos pasa con el amor lo mismo que con los
palitos de cangrejo? Ya nadie recuerda como sabe un cangrejo, querido lector
que recuerdas el día en que te hablaron del whatsapp sé que también recuerdas perfectamente
el sabor de un cangrejo e incluso quizás tienes uno entre los dientes mientras
lees esto, pero a todos los demás ¿cuándo fue la ultima vez que saboreasteis un
cangrejo? En cambio, los palitos de cangrejo, o surimi para los modernos,
inundan nuestros supermercados y neveras. Nos hemos acostumbrado tanto a ellos
que incluso nos parece que están buenos. ¿ Y si un día olvidamos cómo es una
sonrisa real y nos conformamos simplemente con un emoticono sonriente? ¿Y si
acabamos prefiriendo vivir con la cabeza agachada en vez de levantar la vista y
mirar a los ojos a quien tenemos delante? ¿Y si todo esto nos lleva a tener el
ordenador actualizado pero el corazón lleno de virus?
miércoles, 7 de mayo de 2014
Los palitos de cangrejo y el amor
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Me muero de amor y de glucosa
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