miércoles, 19 de septiembre de 2018

La cena onírica


Tres zanahorias, una cebolla, una patata y un poquito de sal. Le encanta sentir la piel de las zanahorias mientras las pela y aunque a la mayoría de personas le suele molestar llorar mientras corta una cebolla, ella adora sentir las lágrimas bañándole los ojos mientras el olor de la cebolla se le mete hasta el cerebro. Va metiendo las hortalizas en la olla y continúa cocinando. Se siente realizada, le gusta hacer bien las cosas y no dejar ningún detalle al azar. Se quita su bonita pulsera de oro para empezar a limpiar el pescado. 

Suena el timbre de la puerta. 

¿Quién debe ser ahora? Es demasiado tarde para que sea el cartero y no espera ninguna visita hoy. Sufriendo por la cena, abre la puerta ansiosa y se encuentra con un gran conejo rosa que la mira hambriento. Ella, incómoda ante la extraña situación, lo invita a entrar en casa y a sentarse.

-Enseguida estará lista la cena- le dice sonriente. 

Mierda, piensa. No ha comprado comida suficiente para ella y el conejo rosa. Cuando va hacia el salón para preguntarle al repentino invitado qué vino prefiere, vuelve a sonar el timbre. Abre y se encuentra con un abuelo vestido con un buzo. Para evitar hablar demasiado, lo invita a entrar y lo sienta junto al conejo. Mierda, vuelve a pensar, tendré que hacer algún entrante más. 

Suena el timbre, otra vez.

Abre rápido, para hacer el momento incómodo más corto. Ahora se trata de su madre, hace años que no la ve pero tampoco quiere hablar demasiado con ella. La sienta a la mesa y vuelve a la cocina. Saca su mejor vajilla y pone la mesa a sus invitados, no invitados, en realidad. Pero da igual, la cena le ha salido riquísima y no le importa compartirla. Mira a la derecha, el conejo la mira con mala cara, al centro, su madre parece más joven que antes y, por último, mira a la izquierda, el viejo tiene las gafas de bucear tan apretadas que teme que le vayan a explotar los ojos. No puede empezar a comer sin tenerlo todo bajo control. Sonríe y propone un brindis antes de empezar. Nunca hay que perder los modales. 

-Gracias por estar aquí esta noche y espero que os guste la cena que he preparado con tanto cariño - dice, sin apartar la vista del plato. 

Al levantar la copa para brindar, descubre que el viejo ya ha empezado a comer y tiene las gafas de buzo empañadas por el calor de la sopa y que el conejo rosa está mirando lascivamente a su madre, mientras ésta se abre el primer botón de la camisa para dejar entrever su sujetador de encaje rojo. 

Cierra los ojos, suspira y decide que, a partir de ahora, no tendrá timbre. 

miércoles, 7 de mayo de 2014

Los palitos de cangrejo y el amor

Es curioso cómo a veces nos resulta casi imposible establecer cuando una actividad se ha convertido en algo habitual y popular. Por ejemplo, ¿alguien recuerda la primera vez que alguien le habló de un programa para enviar mensajes gratis llamado whatsapp? Ya sé que algún lector con memoria de elefante podrá citarme el día, hora y lugar pero apuesto a que el resto no puede recordar ese momento. Bueno, pues hace unos días se me desempañaron los cristales del corazón y vi algo que me hizo pensar. La mayoría tenemos una gran falta de azúcar en nuestras vidas. Me refiero al azúcar de donde salen los besos, las caricias, los abrazos y algunas miradas . Ese azúcar que otros llaman amor. Parece que estamos cambiando ese azúcar por sucedáneos en forma de emails, whatsapps, comentarios y me gusta. Y me pregunto; ¿ y qué pasa si  nos pasa con el amor lo mismo que con los palitos de cangrejo? Ya nadie recuerda como sabe un cangrejo, querido lector que recuerdas el día en que te hablaron del whatsapp sé que también recuerdas perfectamente el sabor de un cangrejo e incluso quizás tienes uno entre los dientes mientras lees esto, pero a todos los demás ¿cuándo fue la ultima vez que saboreasteis un cangrejo? En cambio, los palitos de cangrejo, o surimi para los modernos, inundan nuestros supermercados y neveras. Nos hemos acostumbrado tanto a ellos que incluso nos parece que están buenos. ¿ Y si un día olvidamos cómo es una sonrisa real y nos conformamos simplemente con un emoticono sonriente? ¿Y si acabamos prefiriendo vivir con la cabeza agachada en vez de levantar la vista y mirar a los ojos a quien tenemos delante? ¿Y si todo esto nos lleva a tener el ordenador actualizado pero el corazón lleno de virus?

Confío en que  todos añadamos una pizca de azúcar, como decía la siempre sonriente Mary Poppins, a nuestras ensacarinadas vidas para que todo sepa mejor. No es necesario que al acabar de leer este pequeño articulo tiremos el ordenador o el Smartphone por la ventana sino que demos todos los besos, abrazos y caricias que tenemos guardados en la recamara del corazón. Todos podemos coger un paño y limpiar los cristales de nuestro interior para intentar ser más humanos con los que nos rodean. Y sonreír pase lo que pase como la mierda de whatsapp, que pese a ser una mierda maloliente nunca pierde la sonrisa.


domingo, 11 de agosto de 2013

Los hilos del amor

Hoy también hablaremos de mitología, pero esta vez no será de mitología griega o romana, sino japonesa. Desde hace unos años el mundo de los japoneses ya no nos suena a "chino". El sushi se ha vuelto una de nuestras comidas favoritas, nadie se escandaliza ya por comer pescado crudo y incluso muchos se atreven a hacerlo en sus casas (aunque no suelen conseguir el resultado deseado y una de dos o acaban comiendo sushi flácido o  marcando el número de su restaurante japonés favorito para que les traiga dos raciones de maki variados). No solamente nos hemos acostumbrado a su comida, sino también  a sus dibujos animados, pido disculpas a todos los amantes del anime por referirme a ello como dibujos animados, pero creo que los anime japoneses son la burguesía  de los dibujos animados, se creen superiores a todos los demás, ellos pueden ser una inocente serie de dibujos para niños o una tórrida historia de amor para los espectadores más maduros. Mickey y Minnie nunca pudieron tener hijos porque estaban encasillados en ser dibujos para niños, nunca podían pasar del primer beso. 

En fin, volviendo al tema que nos interesa, hoy hablaremos de Orihime ( en japonés 織姫, princesa tejedora), la hija de Tentei (en japonés 天帝, rey celestial). La princesa Orihime tejía telas preciosas a orillas de la Via Láctea (en japonés 天の川, Amanogawa), a su padre le encantaban estas telas y ella trabajaba día y noche para complacer a su padre. Orihime estaba ocupadísima con sus telas hasta que un día conoció a un  apuesto pastor de bueyes llamado Hikoboshi (en japonés 彦星), que vivía al otro lado de la Via Lactea y también era adicto a su trabajo. Nada más verse se enamoraron, ya estamos acostumbrados a que en la mitología el proceso de enamoramiento dure un máximo de siete segundos,  y como no, al poco tiempo se casaron. Los dos jóvenes estaban tan y tan enamorados el uno del otro que ambos se curaron de su adicción al trabajo, es decir descuidaron totalmente sus respectivas labores. Orihime ya no tejía y esto provocó que el rey de los cielos, recordemos que era su padre, y todos sus amigos del cielo se quedasen sin vestidos que ponerse. Hikoboshi también descuidó a su ganado, el cual terminó desperdigándose por el cielo. Esta situación enfureció mucho a Tentei, su trabajadora hija se había convertido en una holgazana. Como castigo, el rey del cielo decidió separar a los dos amantes, uno a cada lado del Amanogawa, es decir, la Via Láctea, es importante aclarar que los japoneses entendían la Via Láctea como un gran rio de estrellas, por tanto los amantes estaban condenados a vivir separados por este gran rio estrellado. La princesa Orihime, muy deprimida por la separación de su esposo, rogó a su padre entre lágrimas que la perdonase y les permitiese volver a verse, y Tentei, conmovido por las lágrimas de su hija, le prometió que les permitiría reunirse una vez al año, el séptimo día del séptimo mes, siempre que ella trabajase con dedicación todo el resto del año y tuviese listo su trabajo para entonces, Tentei no quería arriesgarse a volver a quedarse sin vestidos que ponerse.





Sin embargo, la primera que vez que los amantes intentaron verse, se dieron cuenta que no podían cruzar el Amanogawa, ya que no había ningún puente. Orihime disgustadísima empezó a llorar desconsoladamente hasta que una bandada de urracas vino en su ayuda y le prometieron que cada año harían un puente con sus alas para que pudiese cruzar el río, siempre y cuando no lloviese. Por tanto si un año el ese día esta lloviendo, las urracas no pueden venir y los dos amantes tienen que esperar hasta el año siguiente.

 Bonita historia ¿verdad? Pues bien, no es difícil transportarla a nuestros tiempos ¿quién no ha tenido un amigo que lo ha dejado todo por amor? Dejando a un lado el cliché romántico, la mayoría de veces no es tan bonito como parece el dejarlo todo por amor, hay gente que como Orihime deja a un lado todo lo que era su vida, la princesa deja atrás sus telas, mientras que muchos otros  van mucho más allá y cortan los hilos que los unen al tejido de su familia o amigos. ¿Porque no podemos añadir otro hilo a nuestras vidas sin tener que cortar los que llevan ahí desde siempre? Algunos lo consiguen por si mismos, pero otros necesitan un Tentei que los castigue y les haga darse cuenta de que con un solo hilo no se puede tejer una tela. Necesitamos los hilos de nuestros amigos de siempre, de los nuevos, de los que solamente son conocidos, de nuestros familiares más cercanos, de los más lejanos...  ¿Porqué a veces nos es tan difícil incorporar hilos nuevos sin cortar los viejos?

lunes, 18 de marzo de 2013

Briseida es Carmen y Aquiles su marido Paco


Hoy hablaremos de un personaje de uno de los mitos griegos más importantes y conocidos por todos: el mito de la guerra de Troya. Pero no hablaremos del valeroso Aquiles o del ingenioso Ulises sino de Briseida. Briseida  era hija de Brises, de ahí su nombre, en la antigua Grecia y Roma se solía nombrar a las mujeres con el nombre del padre  añadiéndole una A, hoy en día resultaría un tanto extraño que David le pusiese a su hija Davida y se quedase tan ancho… aunque sigue habiendo algunos que usan esta sencilla técnica para nombrar a sus hijas, si no fuese así haría años que ya no habría  ni Ramonas ni Franciscas (creo yo). Volviendo a la mujer que nos interesa, Briseida, era hija del sacerdote de Lirneso, ciudad de la Tróade que fue saqueada por Aquiles,  y estaba casada con Mines, que fue asesinado por el mismo. Aquiles la llevó cautiva y la hizo su esclava. Se dice que Briseida llegó a ser la esclava favorita del héroe y que incluso ella creía que llegaría a  convertirse su la esposa. Un ejemplo de  lo importante que llegó a ser esta mujer es que cuando la asamblea de los griegos obligó a Agamenón a devolver a su esclava, éste, lleno de rabia, obligó a Aquiles a devolver a Briseida y el héroe se negó a combatir hasta que el rey Agamenón se la devolvió. Podemos hacernos una idea de lo importante que era Briseida para Aquiles, pero ¿por qué debería Briseida amar a Aquiles? Recordemos que había saqueado su ciudad, matado a su marido y se la había llevado cautiva.


Vamos a intentar transportar este mito a nuestros tiempos… Briseida es ahora la señora Carmen que vive en el cuarto  primera de nuestro edificio y Aquiles es su marido Paco, el cual hace años que no dirige una palabra de aprecio o amor hacia su mujer. Ya hace 25 años de su boda, que tuvo lugar en una pequeña iglesia de Barcelona. A los padres de Carmen les pareció adecuado que su hija se casase con Paco porque la familia de éste tenía un negocio próspero en el barrio y así a su niña nunca le faltaría de nada, no pensaron en el amor, claro.  Fueron pasando los años y Carmen no fue tan infeliz como pensaba al principio, tuvo dos niñas preciosas y siempre pudo tener la nevera llena. Esta relación sólo consiguió  mantener lleno el vientre de Carmen, no tuvo hambre ni le faltaron los hijos… pero nunca consiguió llenar su corazón y sus entrañas. Ahora, tras 25 largos años de matrimonio, Carmen ha llegado a sentir amor y ternura hacia Paco, que nunca se lo ha ganado. ¿Tal vez  Carmen ama a Paco porque cree que es lo único que le queda? Después de 25 años cuidando de su familia ¿qué más opciones tiene? ¿Dónde iría? ¿Quién la contrataría? Su cerebro le dice que la mejor opción es seguir con Paco y al final su cerebro ha acabado convenciendo a su corazón. Tal vez Briseida sienta lo mismo por Aquiles, él es lo único que le queda y por eso ha acabado amándolo. ¿Y no es cierto que todos hemos conocido alguna vez a una Briseida que se ha acabado enamorando de un Aquiles que la maltrataba?

lunes, 11 de marzo de 2013

Un Zeus disfrazado


La mitología griega nos parece algo muy lejano y ajeno a nuestras vidas pero las cosas no han cambiado tanto desde entonces. Hoy hablaré del conocido mito de Europa pero no como lo hacen los manuales de mitología o las largas y pesadas explicaciones de los típicos profesores de mitología ( por cierto, todos algo pirados ¿ pero quién no lo está hoy en día?). Empecemos… el mito cuenta que Europa se encontraba con sus amigas jugando en la playa de Sidón o de Tiro, la mitología es así, nunca se tienen claros todos los detalles, pero pensándolo bien… realmente la mitología es un cotilleo que ha pasado de boca en boca y como todos sabemos lo que más importa de un chismorreo es saber los detalles más escabrosos de la historia, a nadie le interesa saber si la infidelidad tuvo lugar en el dormitorio o en el salón (a no ser que los protagonistas de dicha infidelidad sean medianamente famosos, en ese caso el saber si fue en el dormitorio o en el salón seria un detalle de vital importancia y la exclusiva podría valer millones.) Volviendo a lo que nos interesa… Europa se encuentra en una playa y de repente se le aparece un resplandeciente toro blanco (sí, un toro blanco en una playa…. echémosle un poquito de imaginación) entonces la joven, asustada al principio, va cobrando animo, acaricia al animal y acaba por sentarse en su espalda. En seguida el toro se levanta y se lanza hacia el mar. Y así rapta a Europa y con ella tiene tres hijos. Olvidaba decir que el toro blanco es en realidad Zeus que se ha transformado en un toro para poder seducir a la joven. ¿Extraño, verdad? ¿Porqué necesitaría el grandísimo Zeus convertirse en toro para poder seducir a una joven? Además, debemos recordar que Zeus estaba casado y una de sus aficiones era engañar a su mujer con otras.  Pues veamos… imaginemos que en vez de encontrarnos en Sidón en el siglo VIII a.C, por poner una fecha, nos encontrásemos  en Barcelona en el S.XXI. y que Europa en vez de estar en una playa, está tomando unas cervezas en el bar de su facultad con unas compañeras. Entonces de repente aparece un compañero de clase, llamémosle Oscar (resultaría extraño que se llamase Zeus), vestido con pitillos y una camiseta de los Ramones y con unas gafas de pasta verde lima (en pocas palabras, enfundando en su disfraz de hipster igual que Zeus en el de toro blanco) entonces nuestro hipster resplandeciente se acerca a Europa y empieza a explicarle lo mucho que le ha gustado la ultima película de Woody Allen que ha visto… hasta que al final la invita a ir a tomar unas copas con él.  Ella al principio duda, creía que Oscar era un chulito… pero si tanto le ha gustado esa película será que es un chico sensible… finalmente acepta ir a la cita con Oscar.  Europa y Oscar quedan esa noche y esa cita dará lugar a muchas otras citas… pasan los años y acaban juntos. A los 30, Europa se queda embarazada, tienen su primer hijo. Llantos, pañales, pasan los años…. a los 2 años nace su segundo hijo y casi sin darse cuenta nace el tercero. La rutina, el trabajo, ver la televisión por las noches, madrugar…. sin darse cuenta llevan 30 años juntos. Y un día hablando del pasado… Oscar, entre vinos y risas, le confiesa a Europa que nunca le gustaron los Ramones, que de hecho no sabia ni quienes eran cuando llevaba esa camiseta, y que se sentía ridículo con aquellas gafas verdes… pero creía que si no tenia estilo, si no era un hipster, Europa nunca querría salir con él. Europa por unos segundos se siente engañada pero  finalmente se dice que ya han pasado treinta años y ya tienen tres hijos juntos … ¿qué importa ya si su toro blanco era en realidad un  Zeus disfrazado? ¿Y no es cierto, que todos necesitamos alguna vez disfrazarnos de toro blanco porque no tenemos suficiente con ser simplemente Zeus?