lunes, 11 de marzo de 2013

Un Zeus disfrazado


La mitología griega nos parece algo muy lejano y ajeno a nuestras vidas pero las cosas no han cambiado tanto desde entonces. Hoy hablaré del conocido mito de Europa pero no como lo hacen los manuales de mitología o las largas y pesadas explicaciones de los típicos profesores de mitología ( por cierto, todos algo pirados ¿ pero quién no lo está hoy en día?). Empecemos… el mito cuenta que Europa se encontraba con sus amigas jugando en la playa de Sidón o de Tiro, la mitología es así, nunca se tienen claros todos los detalles, pero pensándolo bien… realmente la mitología es un cotilleo que ha pasado de boca en boca y como todos sabemos lo que más importa de un chismorreo es saber los detalles más escabrosos de la historia, a nadie le interesa saber si la infidelidad tuvo lugar en el dormitorio o en el salón (a no ser que los protagonistas de dicha infidelidad sean medianamente famosos, en ese caso el saber si fue en el dormitorio o en el salón seria un detalle de vital importancia y la exclusiva podría valer millones.) Volviendo a lo que nos interesa… Europa se encuentra en una playa y de repente se le aparece un resplandeciente toro blanco (sí, un toro blanco en una playa…. echémosle un poquito de imaginación) entonces la joven, asustada al principio, va cobrando animo, acaricia al animal y acaba por sentarse en su espalda. En seguida el toro se levanta y se lanza hacia el mar. Y así rapta a Europa y con ella tiene tres hijos. Olvidaba decir que el toro blanco es en realidad Zeus que se ha transformado en un toro para poder seducir a la joven. ¿Extraño, verdad? ¿Porqué necesitaría el grandísimo Zeus convertirse en toro para poder seducir a una joven? Además, debemos recordar que Zeus estaba casado y una de sus aficiones era engañar a su mujer con otras.  Pues veamos… imaginemos que en vez de encontrarnos en Sidón en el siglo VIII a.C, por poner una fecha, nos encontrásemos  en Barcelona en el S.XXI. y que Europa en vez de estar en una playa, está tomando unas cervezas en el bar de su facultad con unas compañeras. Entonces de repente aparece un compañero de clase, llamémosle Oscar (resultaría extraño que se llamase Zeus), vestido con pitillos y una camiseta de los Ramones y con unas gafas de pasta verde lima (en pocas palabras, enfundando en su disfraz de hipster igual que Zeus en el de toro blanco) entonces nuestro hipster resplandeciente se acerca a Europa y empieza a explicarle lo mucho que le ha gustado la ultima película de Woody Allen que ha visto… hasta que al final la invita a ir a tomar unas copas con él.  Ella al principio duda, creía que Oscar era un chulito… pero si tanto le ha gustado esa película será que es un chico sensible… finalmente acepta ir a la cita con Oscar.  Europa y Oscar quedan esa noche y esa cita dará lugar a muchas otras citas… pasan los años y acaban juntos. A los 30, Europa se queda embarazada, tienen su primer hijo. Llantos, pañales, pasan los años…. a los 2 años nace su segundo hijo y casi sin darse cuenta nace el tercero. La rutina, el trabajo, ver la televisión por las noches, madrugar…. sin darse cuenta llevan 30 años juntos. Y un día hablando del pasado… Oscar, entre vinos y risas, le confiesa a Europa que nunca le gustaron los Ramones, que de hecho no sabia ni quienes eran cuando llevaba esa camiseta, y que se sentía ridículo con aquellas gafas verdes… pero creía que si no tenia estilo, si no era un hipster, Europa nunca querría salir con él. Europa por unos segundos se siente engañada pero  finalmente se dice que ya han pasado treinta años y ya tienen tres hijos juntos … ¿qué importa ya si su toro blanco era en realidad un  Zeus disfrazado? ¿Y no es cierto, que todos necesitamos alguna vez disfrazarnos de toro blanco porque no tenemos suficiente con ser simplemente Zeus?



2 comentarios:

  1. De alguna forma u otra, al principio todos nos "disfrazamos" de toro blanco para intentar agradar a la persona que nos gusta..

    Al principio cuesta más ser uno mismo. Quizás el miedo al rechazo nos hace actuar y comportarnos de manera distinta a como somos en realidad, o al menos no nos dejamos ver completamente.

    Lo bonito es ir descubriendo a ese tímido Zeus escondido que poco a poco irá saliendo a la luz y será el que nos encandilará. El toro blanco nos atrae, pero Zeus nos enamora.

    Me parece muy interesante la manera con la que has trasladado un episodio de la mitología griega a la época actual. Espero más entradas en este blog.

    Con amor,

    Mr Bru.



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